O al menos no es suficiente. Así lo sentencia George Lakoff en su “No pienses en un elefante”, que recientemente ha llegado a nuestras librerías después de tres años conquistando las norteamericanas con su versión original en inglés.
“No pienses en un elefante” es un librito sencillo y accesible, con voluntad de manual y que realmente no es más que una síntesis popular de una obra de mayor enjundia: “Moral Politics: How Liberals and Conservatives Think”

Por el título de éste ya podrán comprobar el pelaje e intenciones de “No pienses en un elefante”, recordemos que el elefante es la mascota del partido republicano estadounidense, y estaremos en lo cierto si apuntamos a un pequeño misario de la américa “azul”, la demócrata, frente a la “roja” republicana. Lakoff no se esconde bajo superfluos mantos de equidistancia y declara abiertamente su beligerancia, como demócrata convencido, al partido conservador en el terreno en el cual ha brillado como pensador y fundador: la lingüistica cognitiva.
La lingüística cognitiva estudia la naturaleza de diversas operaciones mentales relacionadas, entre otras, con la producción lingüística, la semántica y la organización del conocimiento mediante categorías. El gérmen filosófico no es nuevo, sin ir más lejos podemos recalar en Wittgenstein, pero su disciplina neurocientífica es joven. Una de sus principales líneas de investigación, de la cual Lakoff es especialmente seguidor, es la metáfora y su papel como elemento vertebrador de la capacidad cognitiva humana.
A priori puede parecer algo confuso, pero Lakoff lo plasma de forma sucinta en su librillo para progresistas de a pie. Las dos metaforas a trabajar en política se reducen a los modelos “padre estricto” y “padre protector”. Los dos patrones están latentes en las sociedades occidentales y su naturaleza metafórica presente en multitud de sus afirmaciones, pensemos por ejemplo en “los hijos de la patria”. Sin duda si la patria tiene hijos, la conexión lógica se encauza a la familia y la paternidad. Unos modelos simples y perfectamente comprensibles por todos y, además según Lakoff, estimulables.

En el primer modelo se parte de la premisa de que los humanos son malos por naturaleza. El entorno es hostil y la única forma de salir adelante es siendo disciplinado. El padre estricto cree en el castigo como forma de amejoramiento de sus hijos, tienen que ser disciplinados, castigados si cabe, para que el día de mañana puedan ser rectos y enfrentarse al mundo con firmeza e independencia. Para ello es indispensable que aprendan a buscar su propio interés, porque esa busqueda beneficia los intereses de la sociedad en conjunto- Adam Smith- logrando prosperar. El disciplinado que se esfuerza por lograr sus intereses prospera, el debil se hace dependiente y fracasa, el disciplinado triunfa y por tanto la moral está con él, el debil es un holgazan que no se esfuerza y no debe lastrar a aquellos que siguen el buen camino.
El padre protector ayuda, protege en la necesidad, dialoga, promueve la empatía y es partidario de inculcar la responsabilidad frente al castigo. El ser humano es bueno por naturaleza, los padres – padre y madre, ambos por igual- colaboran para enseñar a ser feliz a su hijo, logran la comunicación bidireccional y fortalecen el sentimiento de comunidad.

Si nos paramos a pensar parece que ambos patrones se corresponden a discursos políticos que todos conocemos. Lakoff afirma que los conservadores han conseguido que su modelo de “padre estricto” sea activado en el electorado gracias al perfecto enmarcado de sus proposiciones en el modelo, que a su vez queda activado. Cita como ejemplo sencillo el término “alivio fiscal”. Todos sabemos que significan estas dos palabras, menos impuestos, pero esconden algo más. Alivio presupone la existencia de una desgracia o mal a reducir. Por tanto pagar impuestos es una desgracia, además sirve para gasto social: ayudar a los que no se han esforzado por prosperar.
Alivio fiscal se ha popularizado en los USA, incluso es una expresión que ha traspasado a las filas demócratas. Según Lakoff esto es debido al arduo trabajo de los think thank en los que los conservadores han invertido ingentes recursos financieros en una ofensiva para propagar sus marcos en los medios de comunicación. Un progresista no debe enmarcar los impuestos como una desgracia, sino una inversión para poder obtener beneficios en educación, gasto social o infraestructuras. En resumén, hay dos marcos distintos donde se conjugan las palabras de tal manera que enfrentan metáforas de valores. De la misma forma el partido republicano ha conseguido que la ley más agresiva para con el medio ambiente se llame “Ley de cielos limpios”.

Una vez un marco se ha activado, todos tenemos ambos aunque uno puede estar pasivo, los hechos pierden el poder que presumimos. En este sentido la verdad no te hará libre, porque los hechos ciertos rebotarán en el marco y no serán tomados en cuenta. Pese a que la administración Bush ha mentido a sus ciudadanos afirmando que la guerra de Irak era necesaria para contrarrestar las armas de destrucción masiva que amenazaban la seguridad nacional, cuando se ha demostrado que la verdad es que esas armas no existían, que Bin Laden y Saddam no tenían conexión alguna y que las intervenciones buscaban un dominios estratégico de la zona, el partido repúblicano sigue estando en liza por ganar las próximas elecciones.
La verdad no te hace libre para elegir y los votantes no actuan racionalmente. Hay gente que vota contra sus intereses, algo a priori absurdo. Trabajadores que apenas llegan a fin de mes y que necesitarán de un sistema público de sanidad cuando llegue el momento votan al partido republicano. Simplemente se ha activado el marco de “padre estricto” en su manera de ver la vida, recordemos uno de los argumentos más propugnados por el votante conservador: “mano dura”, con lo que la verdad o la razón son elementos secundarios. Si hacemos encuestas para detectar las principales necesidades del ciudadano y las prometemos , eso no nos garantizará la victoria porque el votante se limita a comprobar si el candidato expresa una actitud ante el orden de las cosas coincidente con el patrón que haya conseguido activar . Hay que lograr activar el marco que represente los valores que defendemos en el votante, no discutir el marco del adversario porque es imposible no pensar en el elefante si éste se encuentra en la proposición.
Si un potencial votante activa su modelo de “padre estricto” por mucho pan que le ofrezca el partido demócrata, votará republicano.

En mi opinión éste sistema de procesos es lo interesante de “No pienses en un elefante” y que presenta un punto de reflexión. Sobre el resto, el enarbolado demócrata que acompaña toda la exposición y el adiestramiento progresista en el contraataque, mejor establecer un filtrado. Y no es porque no comparta los valores de Lakoff, sino porque a pesar de seguir su línea política es evidente que nos econtramos ante una obra instrumental. Un libro que dirige las herramientas para favorecer a un bando y acaba satanizando al adversario dejando un regusto que, sin llegar a ser panfletario, evita descaradamente salpicar el modus operandi del partido demócrata . Se muestra demasiado cauteloso en la exposición porque sabe perfectamente que los mismos elementos que denuncia – mentira, traición, manipulación- son también identificables en políticos de su color. En ese sentido Lakoff es un pillo y como de tonto no tiene un pelo, algo caradura . Así lo demuestra en el apartado de preguntas que cierra el libro, donde se le formulan cuestiones sobre su planteamiento. Inofensivas y blandas a más no poder, donde no hay más que un pequeño atisbo para sacar a flote algo que brilla en mayúsculas y neón: el papel que juga la manipulación. Atajado rápida e insatisfactoriamente.
Además se plantean muchas dudas desde la óptica europea. La derecha estadounidense es diferente a la europea, por ejemplo la de la canciller alemana Angela Merkel, y goza de un poder importante sin la ayuda de los think thank, de escaso desarrollo en el viejo continente hasta la fecha, con lo cual parece que la fuerza conservadora puede ser perfectamente sólida sin estos aliados clave en las tesis de George Lakoff. Confirmación de lo sospechoso del ataque a estas poderosas organizaciones y que sirve de base para legitimar el think thank del mismo Lakkof, el Instituto Rockridge, como indispensable contrapeso.

Finalmente, si aceptamos que la verdad es una contingencia, es imposible no sentirse inquieto al pensar en el papel de la mentira en todo esto.
Si quieren más metáforas que nos dominan, sugiero echarle un vistazo a otro logrado volumen de Lakoff: “Metáforas de la vida cotidiana”.
marzo 10, 2008 at 1:26 pm
No acabo de ver la relación entre la lingüistica cognitiva y la activación del “modo” padre autoritario. En mi opinión, que este modelo de pensamiento esté arraigado en la sociedad estadounidense se debe a muchas más causas que la mera proliferación de expresiones tipo “alivio fiscal”. Contribuyen, sí, pero el peso lo sigue teniendo la prpaganda de toda la vida. Le televisón, que expresa estos valores sin necesidad de metáforas.
En otro orden de cosas, no entiendo por qué la activación de “padre autoritario” puede influir en la percepción de las mentiras del gobierno (así como efectivamente explica el tema de los impuestos y los desfavorecidos).
marzo 10, 2008 at 5:21 pm
En cuanto a la propaganda, yo si que creo que alimentan cierto patrón. Pensemos que no es casual que Chuck Norris o Arnold “terminator” participen como elementos del partido republicano.
En cuanto a las mentiras respecto al marco, simplemente su percepción rebota en él. Por ejemplo, por qué en RIFF por más verdades sobre las miserias Axl Rose o KISS se siguen mirando con condescencia? Normalmente de desautoriza al emisior. Entiendo que es un proceso mental de defensa del marco.
Afirma Lakoff que es parcticamente imposible hacer cambiar de opinión política a una persona si hay un determinado marco activado, por más razonable que parezca. Y entonces aparece la imagen de sandro en mi cabeza.
Sandro es el esterotipo del discurso, un tipo que vota totalmente en contra de sus intereses.
marzo 11, 2008 at 7:56 am
Entonces hay que entender el marco como algo más genérico que solamente el de “padre autoritario”. A lo que voy es que el discurso de Lakoff, por lo que puedo intuir de tu excelente artículo (y aquí se escucha botar una pelota), trata de explicar unas conductas que ya se han estudidado por otros métodos. Lo veo más como un complemento o un punto de vista alternativo. Y lo de Sandro se explica mejor bajo otro punto de vista. El caso de La Puntilla, por ejemplo, me sería más difícil de explicar por el método Lakoff.
marzo 15, 2008 at 7:47 pm
No he leído el libro. Pero hay que ser un auténtico cínico o un psicópata para sugerir que la derecha tiene mejor mercadotecnia linguística que la izquierda. Términos como “Estado de bienestar” (por socialismo), “justica social” (por revancha y socialismo) o “igualdad real” (por desigualdad ante la ley y discriminación) son brillantes hallazgos de la izquierda contra los que cualquier argumentación es inútil.
En cuanto a lo de que la gente vota contra sus intereses, es curioso que los socialistas a pesar de haber inventado una auténtica fábrica de miseria, persistan en su soberbia fatal de saber lo que le conviene a la gente. Y no a la gente en general, sino a cada uno en particular. Respecto a esto, es una falacia multidimensional. En primer lugar que un político prometa una medida no significa que la vaya a poner en práctica. En segundo lugar, aunque la pusiese, el beneficio derivado de ésta puede ser para mucha gente anecdótico en comparación con otras muchas que pueden o no ir en el programa. En tercer lugar, el votante puede haber aprendido por experiencia personal y extensa, que las prometidas medidas o ayudas finalmente nunca le son aplicables a él. Incluso el ciudadano menos reflexivo puede haber observado que cuando gobierna el partido que más cosas promete, su sueldo suele quedar congelado y muchas personas pierden su trabajo. En cuarto lugar, los intereses de la gente son muchos, no sólo salir más o menos beneficiado de una sucia escaramuza. Entre estos intereses está, por ejemplo, vivir en un mundo libre y justo. Muchas mujeres rechazan violentamente las políticas de discriminación positiva, y dudo que alguien votase a un partido que prometiese reinstaurar la esclavitud, aunque eso podría darnos mano de obra muy barata, y sexo garantizado. Por último, es notable que el autor crea que la gente sólo vela por sus intereses una vez cada 4 años, cuando elige un “padre”.
marzo 17, 2008 at 2:10 pm
Interesante teoría sin lugar a dudas. lo que me causa cierto estupor y admiración es que incluso hoy en día se sigan utilizando teorias que, en el fondo no lo son. Como decís, el modelo de padre estricto se asienta en la base del egoísmo psicológico, o más conocido como “el hombre es malo por naturaleza”. Ciertamente ha sido una teoría jodidamente atractiva desde que fuera formulada hace siglos, pero la verdad es que no es siquiera una teoría (es irrefutable), así que difícilmente puede servir de premisa para nada. No se si el autor del libro lo formulará tal cual, pero si así es, es un error de bulto.
marzo 20, 2008 at 12:57 pm
“Pese a que la administración Bush ha mentido a sus ciudadanos afirmando…()…el partido repúblicano sigue estando en liza por ganar las próximas elecciones”
Thanatos, esto es un error de bulto. En USA no se vota partidos, sino candidatos. Lo que haga la administracion Bush, no tiene nada que ver con la politica de los siguientes candidatos que se presenten en las listas republicanas.
Ron Paul, candidato republicano, voto en contra en su dia y Hillary, democrata, voto a favor de la intervencion en Irak. Votas candidatos, no partidos.Si Irak fue un error tan grave se deberia votar republicano, en vez de democrata (En un escenario apocrifo Ron Paul- Clinton).
Como ha salido McCain, y si saliera Clinton, habiendo votado los dos a favor en su dia, ¿Porque la guerra de Irak iba a decantar tu voto entre ambos?
No tengo nada en contra de la estructura de marcos, pero no se si el ejemplo de “alivio fiscal” seria adecuado. En Europa que dices que carecemos de think thank (No estoy nada seguro de eso),y el termino “carga fiscal” esta ampliamente extendido. Aparte, el pensamiento de que los pobres son pobres porque han hecho algo mal, tiene que ver mas con la cultura calvinista (Y de colonos) de USA, que con el lenguaje marco que lo encuadra.
Y como dicen en el mensaje que me precede, si el fundamento de las politicas progresistas se basan en la naturaleza roussianiana del hombre y en el exito del padre comunicador, sería para echarse a temblar.
marzo 20, 2008 at 2:45 pm
Case, aunque el sistema estadounidense sea presidencialista y las elecciones formalmente las gana el candidato no el partido, si estudias la evolución del voto en USA comprobarás que los estados del sur tradicionalmente votan republicano y las costas, más la este, demócrata. Y eso ocurre desde hace mucho tiempo, independientemente del candidato, con lo que el voto de partido es indispensable para alzarse con la victoria. Eso no tiene nada que ver con que la partitocracia en Estados Unidos sea débil. Bush no hubiera ganado las elecciones sin el apoyo, estrategia y trabajo del aparato republicano, de hecho no hubiera ganado de no estar en sus listas, con lo cual el partido siempre es parte en la victoria del candidato y obtiene réditos de su gestión. Sólo hay que escudriñar un poco en las empresas beneficiarias de contratas en Irak y comprobar a qué partido hacen donaciones.
No puedes comparar el voto de Hillary con la actitud de Bush. Entendemos, y quizás esto es generoso, que Hillary no sabía que las pruebas que esgrimía Bush Jr. eran falsas. No es lo mismo votar engañado que votar engañando. La administración Bush mintió, al pueblo norteamericano y al congreso. El agravante es que tras descubrirse el engaño los senadores republicanos siguieron apoyando a Bush, entre ellos McCain, cuando Russ Feingold planteo su “censure”. Y eso que la censura allí no implica más que una amonestación, ya que no se le puede remover del cargo presidencial.
En cuanto al voto de Ron Paul, su razones eran muy distintas a la de Lynn Woosley, por ejemplo, y eso lo sabe cualquier votante estadounidense informado así que esa lógica del aséptico “sí o no” no me parece argumento.
En ningún momento he escrito que en Europa no existan los think thank, sin ir más lejos en España tenemos la FAES, pero están en un nivel embrionario a años luz del escenario estadounidense , y su papel en las estructuras de poder actualmente es muy débil
El tema de la religión como vertebrador de marcos se trata también por Lakkof ya que es de las primeras cuestiones que le presentan. Él entiende que los conservadores interpretan la religión para sus marcos, con lo cual hacen la misma identificación de valores patrios – por la base religiosa en la creación USA- con cierta forma de interpretar los valores protestantes. Lakoff dice que no, que los valores religiosos se pueden enmarcar dentro de los demócratas y esa es la verdadera naturaleza del pueblo norteamericano. Es muy largo de reflejar para ponerlo aquí, pero personalmente también me parece algo artificioso por su parte. Ahora bien, es cierto que otros países de tradición reformista, como los escandinavos, han actuado de forma distinta.
Lo interesante del planteamiento de Lakoff es su reducción a términos de mínimos. Tanto la del hombre malo – Adam Smith- como la del hombre bueno -Rousseau- siguen siendo clave en la cimentación de los valores, y en eso yo creo que no está equivocado.
Liberty ha dado en el clavo con otro marco, “Estado del Bienestar”, que demuestra que las el sistema de enmarcado también se ha usado por la socialdemocracia de forma “oscura” y que las críticas de Lakoff son igualmente aplicables al color que él no defiende. Creo que es plenamente consciente, por eso esta tarea de destripe de mensajes e intenciones me parece muy interesante.
marzo 27, 2008 at 1:01 pm
“si estudias la evolución del voto en USA comprobarás que los estados del sur tradicionalmente votan republicano y las costas, más la este, demócrata”
Depende de que periodo de estudio te marques y que entiendas por “tradicionalmente”. El punto de inflexion es el New Deal. El sur desde la creacion de la nacion fue democrata incluso con el New Deal en marcha. A partir de ahi su dominio fue menos claro y finalmente dio el vuelco cuando la campaña de Nixon sobre que los democratas eran los niños pijos de la costa este (Que les interesaban los problemas de avances sociales porque que vivian en una torre de marfil sin problemas basicos y alejados del dia al dia del obrero y sus problemas cotidianos) caló en la poblacion sureña.
Aunque ahora parezca comico, con el 90% de los afroamericanos votando democrata, en la guerra civil los republicanos fueron los que estaban a favor de la liberacion de esclavos y los democratas eran los guardianes de la esclavitud y los conservadores. A eso de 1920, gran parte del partido democrata era simpatizante del Klan, cuando no miembro.
De igual manera, en origen, el partido que hacia de su bastion la religion eran los democratas y no los republicanos. La religion por parte republicana se uso como herramienta politica a partir del giro conservador del partido republicano en la epoca pre-Reagan, (Apenas hace 30 años).
“En cuanto al voto de Ron Paul, su razones eran muy distintas a la de Lynn Woosley, por ejemplo, y eso lo sabe cualquier votante estadounidense informado así que esa lógica del aséptico “sí o no” no me parece argumento.”
Aun asi. Si como votante opinas que USA no deberia entrometese en acciones belicas bajo nungun motivo fuera de su jurisdicción tu voto deberia ser Paul, y es republicano. Si tu voto es que puede haber guerras justificadas, la señora Clinton. Una posicion mas extremista “a la izquierda europea” corresponde a un republicano, en vez de a un democrata, que es a lo que me refiero.
Por mucha maquinaria detras, al final votas candidatos y propuestas.
marzo 27, 2008 at 2:55 pm
Pero es que no se habla de la historia de ambos partidos, sino de los valores que están tras ellos a la hora de ejercer el voto. Hay una gran diferencia entre el partido demócrata de la guerra civil, donde ciertamente los republicanos eran abolicionistas, y aquel joven partido republicano nacido de las cenizas del Whig.
Y más aún cuando el partido demócrata comienza a adoptar la socialdemcracia con la aparición de Keynes. Allí es donde se fraguan los valores que actualmente crean un marco determinado, de igual manera que el partido repúblicano se reformula tras 20 años de fracasos a mediados del siglo pasado.
Sigo siendo esceptico a la hora de pensar que el votante vota propuestas. Las necesidades son facilmente medibles y en consecuencia propuestas que apoyaran aquellas garantizarían una victoria. Eso no pasa.
junio 13, 2008 at 6:44 am
[…] General Hace algún tiempo hablamos de Lakkof y su concepción del diálogo político en “No pienses en un elefante”, y en comentarios debatimos un tema – agradecer a todos los que participaron aportando […]